Invierno.

Quiero que sea invierno, para acompañar mis sentimientos escuchando la música que amo y que sólo puedo escuchar en invierno. Quiero que sea invierno, para recordar el pasado como una nube divertida que cada día se va elevando más alto, más lejos de mis memorias, hasta desvanecerse en el maravilloso olvido. Quiero que sea invierno, para dormir con frio, calarme hasta los huesos bajo la lluvia, y llorar, sí, quizás llorar, y ver el humo del cigarrillo elevarse hasta el cielo y sentir mis pies húmedos por las posas. Quiero que sea invierno, sólo para sentirme bien de verdad, sólo para ser yo misma de verdad; porque, si no lo sabes, yo no soy yo hasta que llueve. Quiero que sea invierno, para alegrarme por tonterías, sufrir por estupideces, reír de todo y llorar por nada. Quiero que sea invierno, porque el invierno me daría la fortaleza para hacer cosas y luego olvidarlas al verano siguiente.

Pero es verano. Y tu cabello se ve tan bonito con los rayos de sol.

Si fuera invierno, probablemente releería lo que acabo de escribir. Pero es verano.